Los efectos del tabaco, como veremos en este artículo, afectan por partida doble en un embarazo, tanto a la madre como al feto, pero dejar de fumar a tiempo hace que los riesgos sean similares a los de las embarazadas no fumadoras.
Sus efectos perjudiciales comienzan antes del mismo embarazo en sí y pueden influir después del parto, durante toda la infancia y si la pareja fuma, también es importante que lo deje por que el tabaquismo pasivo también puede afectar al feto.